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Garantía del sistema de impermeabilización, un compromiso formal con la calidad de la cubierta

Una cubierta correctamente impermeabilizada garantiza la durabilidad y funcionalidad del inmueble. Su función principal es proteger el edificio de elementos que puedan comprometer su salud o integridad estructural, como filtraciones, goteras o la aparición de patologías relacionadas como el moho.

Más allá de su rol protector, este sistema también contribuye significativamente a mejorar la eficiencia energética del edificio, al evitar la entrada de agua que podría derivar en la aparición de patologías asociadas (moho, humedades…) o reducir la incidencia de los rayos solares, contribuyendo a mayor confort térmico y a una reducción en la demanda de energía.

«Dada la importancia de contar con un sistema de impermeabilización de calidad, correctamente instalado y que cumpla con todas sus prestaciones, la propiedad cuenta con una serie de garantías tanto por parte del fabricante como del contratista especializado Estas representan un compromiso formal que asegura que el sistema cumplirá con su propósito protector durante un periodo determinado», señalan desde AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización.

Tipos de garantías en sistemas de impermeabilización de cubiertas

Los propietarios de un inmueble cuentan con varios tipos de garantía, ya que en el mercado conviven las obligaciones legales (recogidas en la Ley de Ordenación de la Edificación, LOE) y las que ofrecen de forma adicional los fabricantes de sistemas.

Garantía por Ley

Según explican desde la Asociación Nacional de Especialistas en Impermeabilización (ANEDI), el primer marco de garantía a tener en cuenta es el recogido en la mencionada LOE. La norma establece diferentes plazos:

  • 10 años: Esta garantía se aplica a los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos que afecten a la estabilidad o resistencia de la estructura, comprometiendo su seguridad.
  • 3 años: Cubre los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos de los elementos constructivos que afecten a los requisitos de Habitabilidad (Salubridad) recogidos en el DB HS1 del Código Técnico de la Edificación (CTE).
  • 1 año: Cubre los daños materiales por vicios o defectos que afecten a elementos de terminación o acabado de las obras.

Todos estos plazos de responsabilidad se computan desde la fecha de recepción de la obra.

Garantía de producto

Esta garantía es emitida directamente por el fabricante del material impermeabilizante (por ejemplo, membranas de PVC o bituminosas) y en función del tipo de proyecto y del material empleado para la obra puede tener tener una duración de hasta 10 años. Su cobertura se limita exclusivamente a defectos de fabricación del material en sí, es decir, a fallos intrínsecos al producto que se manifiestan antes o durante su instalación, no relacionados con la mano de obra.

Garantía de instalación

Esta garantía tiene un alcance de tres años y es proporcionada por el contratista especializado que llevó a cabo la instalación del sistema de impermeabilización. Su cobertura se centra en la mano de obra y la correcta ejecución de la instalación, es decir, la corrección de defectos derivados de una mala aplicación o puesta en obra.

¿Cuándo aplica la garantía (y cuándo no)?

Exigir la aplicación de una garantía no es un proceso automático, ya que depende tanto de la detección del problema como de la determinación de sus causas, teniendo en cuenta si estas tienen que ver con el producto, una mala ejecución del sistema o errores en el mantenimiento de la cubierta.

«Es crucial diferenciar si el fallo es atribuible a un defecto cubierto o a un daño fortuito o por desgaste, ya que estos últimos generalmente no están amparados por la garantía», subrayan desde AIFIm.

Para que la garantía sea válida, el sistema de impermeabilización debe haber sido instalado siguiendo estrictamente las instrucciones y especificaciones del fabricante. Además, la instalación debe haber sido realizada por un contratista autorizado o especializado por el fabricante, ya que una instalación incorrecta es una causa común de fallos que puede invalidar la garantía.

Además, la propiedad debe tener en cuenta los siguientes factores para evitar que puedan comprometer la aplicación de la garantía:

  • Correcto mantenimiento de la cubierta. Mantener la cubierta en buen estado es clave para poder reclamar la aplicación de la garantía en caso de problemas con el sistema de impermeabilización. Solo se podrá hacer efectiva si se ha seguido un programa adecuado que incluya revisiones periódicas, así como tareas de reparación de problemas menores y de limpieza de este elemento.

«Hay que tener en cuenta que los fabricantes diseñan sus productos para una vida útil específica bajo condiciones de cuidado adecuadas, y el mantenimiento asegura que estas condiciones se cumplan», apuntan desde AIFIm.

  • Personal  cualificado. También hay que tener presente que cualquier tipo de actuación sobre la mejora debe llevarse a cabo por profesionales cualificados. Realizar reparaciones, modificaciones o cualquier tipo de alteración en la membrana impermeabilizante por personal no autorizado o no especializado por el fabricante anulará la garantía.
  • Uso de materiales correctos en las reparaciones. Es muy importante, a la hora de llevar a cabo una reparación, aplicar siempre materiales compatibles con el producto instalado. Una mezcla incorrecta puede provocar reacciones adversas, fallos de adhesión, degradación acelerada o debilidades estructurales, creando nuevos puntos de fallo. Por este motivo, desde AIFIm se insiste en la importancia de consultar al fabricante.
  • Modificaciones o cambios de uso en la cubierta. Hay que tener en cuenta que las garantías sobre un sistema se emiten basándose en el uso y configuración originales. Los cambios o alteraciones sobre los elementos pueden comprometer el funcionamiento de la impermeabilización e invalidar la garantía.
  • Daños por factores externos o fenómenos naturales. Problemas como fuertes tormentas, granizadas, fuertes vientos, así como problemas que puedan surgir por cuestiones estructurales del inmueble, pueden invalidar las garantías.

El mantenimiento: pilar fundamental de la validez de la garantía

Desde la asociación de fabricantes de impermeabilización quieren poner especial énfasis en esta cuestión, ya que el mantenimiento periódico es la acción más eficaz a la hora de garantizar la función duradera de la membrana impermeabilizante. Además, el mantenimiento es una acción obligatoria recogida en el Código Técnico de la Edificación, apartado 6 del DB HS1.

«Aunque las membranas, por su formulación, no requieren un mantenimiento intensivo, forman parte de un sistema de cubierta en el que muchos factores externos pueden influir en su función. Por ello, la inspección y el mantenimiento periódicos son indispensables. No se trata solo de reparar problemas, sino de prevenirlos. El mantenimiento agrega años de vida útil a la cubierta y a parte de la estructura del inmueble», subrayan desde AIFIm.

Para poder abordar de forma efectiva esta «puesta a punto» de la cubierta es importante contar con un programa de inspección y mantenimiento, planificado adecuadamente y ejecutado por una empresa especializada. Además, tras cualquier revisión, es clave disponer de documentación rigurosa donde quede reflejado el estado del elemento examinado, los problemas detectados y las acciones previstas para su reparación.

Para complementar las inspecciones programadas, se deben seguir una serie de recomendaciones y consejos que ayudarán a la durabilidad de la cubierta y de su sistema de impermeabilización:

  • Acceso seguro a la cubierta: El acceso debe ser otorgado únicamente a personal autorizado, debidamente capacitado e informado sobre los peligros y riesgos. Se debe cumplir siempre con las normativas de seguridad vigentes, disponiendo de equipos de protección colectiva e individual (EPI).

Al caminar directamente sobre la membrana, es obligatorio llevar calzado adecuado y revisar las suelas para evitar perforaciones por grava u otros materiales abrasivos. No se deben colocar objetos pesados o afilados directamente sobre la membrana sin una protección adecuada y una superficie de distribución de carga.

  • Limpieza: En caso de necesidad, la membrana impermeabilizante puede limpiarse con una solución de agua y un limpiador doméstico no agresivo. La solución se aplica con esponjas no abrasivas, un cepillo de cerdas suaves o escobas, y se elimina con agua pulverizada.
  • Manejo de equipos técnicos: No deben estar en contacto directo con la membrana, sino sobre una superficie de soporte protectora y distribuidora de carga. Su manejo debe llevarse a cabo por profesionales cualificados, evitando derramar sustancias o dañar la membrana.
  • Nieve y hielo: Se recomienda limpiar los desagües para favorecer la evacuación del agua de deshielo y reducir el grosor del manto de nieve en áreas específicas para evitar desbordes o sobrecargas en la estructura. La eliminación de residuos siempre debe hacerse con material adecuado (palas con punta redondeada, por ejemplo) y se debe evitar el uso de sustancias que puedan dañar la impermeabilización o los elementos de la cubierta.

En cualquier caso, desde AIFIm se insiste en que todas estas labores deben llevarse a cabo por empresas especializadas y siguiendo la recomendación del fabricante.

AIFIm
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