Recibe las últimas informaciones de AIFIm

Tipología de sistemas

Tipología de sistemas de impermeabilización Ventajas de los diferentes sistemas de impermeabilización Elección del sistema de impermeabilización más adecuado

TIPOLOGÍA DE SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN

Sistemas de impermeabilización, ¿cuántos tipos hay?

Tanto en el caso de nuevas construcciones como de una obra de rehabilitación de un edificio ya existente, la impermeabilización es un paso imprescindible para evitar la aparición de humedades y filtraciones, que pueden ser, además de una amenaza para la estructura constructiva, fuente de problemas de salubridad en las viviendas. Teniendo en cuenta que, de media, los gastos producidos por deficiencias en las impermeabilizaciones pueden alcanzar el 26% del presupuesto de mantenimiento y rehabilitación de un edificio, queda claro que es una operación que no se pude acometer a la ligera.

Las alternativas para llevar a cabo esta impermeabilización son muy numerosas, gracias a la constante evolución de los materiales con los que se realizan, así que hoy te haremos un pequeño resumen con las que puedes encontrar y, sobre todo, te contaremos cuáles son sus ventajas y en qué casos conviene optar por una u otra.

Podemos hablar de dos soluciones con las que dotar de estanqueidad a una superficie:

Las membranas prefabricadas o preconformadas. En este grupo, encontramos láminas asfálticas o bituminosas, sintéticas de PVC-P, TPO (producida mediante coextrusión de poliolefina termoplástica elastomerizada), EVA-EBA (etileno-acetato de vinilo y butilacrilato de etileno) y EPDM (caucho de polietileno propileno dieno monómero). Sus ventajas son el espesor que ofrecen, su geometría y una calidad de lámina constante, y sus buenos rendimientos de instalación, que permiten una puesta en servicio inmediata.

Membranas líquidas: en esta categoría podemos citar los poliuretanos, poliureas, membranas acrílicas, membranas cementosas, epoxi, etc. Se aplican de forma similar a como se haría con una pintura, y una vez secas crean una membrana elástica con alta capacidad impermeabilizante. Su principal ventaja es que permiten resolver de forma más sencilla los puntos singulares y las geometrías complejas, ya que quedan totalmente adheridas al soporte.

A la hora de optar por un tipo u otro, debemos tener en cuenta la zona concreta en la que se va a aplicar, su compatibilidad con el resto de materiales constructivos empleados e, incluso, el rango de temperaturas al que estarán sometidas.

Ambos tipos de membranas son eficaces, siempre que se opte por materiales de calidad comprobada y su instalación se realice de forma correcta, siguiendo las instrucciones del fabricante, y a cargo de profesionales: estos dos aspectos son imprescindibles a la hora de conseguir el objetivo de una impermeabilización duradera y capaz de proteger al edificio de daños estructurales provocados por el agua.

VENTAJAS DE LOS DIFERENTES SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN

IMPERMEABILIZACIÓN BITUMINOSA

Las láminas bituminosas, llamadas también láminas asfálticas, son el sistema más tradicional y demandado en edificación. Tiene muchas variantes y resuelve de forma sencilla el problema de los puntos singulares.

El material se calienta con fuego aplicado con soplete, de forma que las láminas se funden y se pegan entre ellas o con el soporte. Su aplicación puede ser adherida, no adherida, semindependiente o autoadhesiva; con monocapa, bicapa, o multicapa.

Este último caso -en que se pueden aplicar múltiples capas- permite asegurar el sistema de impermeabilización de una manera práctica y económica; su gran virtud, pues permite minimizar errores de soldaduras y ofrecer gran resistencia a daños mecánicos. Además, permite una fácil reparación.

Tiene en el mercado gran cantidad de mano de obra capacitada para su instalación.

IMPERMEABILIZACIÓN SINTÉTICA

PVC-P (Policloruro de vinilo flexible)

Es el plástico con menos dependencia del petróleo (57% proviene de la sal).

Ocupa un lugar privilegiado en la familia de los plásticos por su interesante conjunto de propiedades, pues es un material ligero, resistente, inerte y completamente inocuo, con buen comportamiento al fuego (no propaga la llama, es autoextinguible). Impermeable, aislante eléctrico, resistente a la intemperie, de elevada transparencia y facilidad de colorear en su formulación, resistente a bajas temperaturas, tiene una buena relación calidad/precio, es fácil de transformar y es totalmente reciclable.

Material termoplástico que se aplica con máquina de aire caliente a temperaturas comprendidas entre 450ºC y 570ºC; al calentarse, se funde uniendo la membrana o creando la morfología que se adapte bien al soporte y puntos singulares.

Se puede fabricar en rollos de grandes dimensiones y dispone de accesorios prefabricados.

Adicionalmente aportan alta capacidad de reflectancia solar, flexibilidad siendo aptas para la realización de soldaduras controladas mediante máquinas automáticas.

TPO (poliolefina termoplástica flexible)

Se trata de una membrana ligera, con gran resistencia a los microrganismos y a sustancias químicas más comunes en cubiertas.

La fórmula de éste tipo de membranas, libres de cloros y halógenos, carece de plastificantes, ya que son productos flexibles en origen. Esto y su fácil reciclabilidad contribuyen a configurar sus características ecológicas.

Gran resistencia a la aparición de hongos.

Tienen gran compatibilidad directa con aislamientos térmicos sintéticos y otros tipos de impermeabilización, por lo que no requiere de capas separadoras.

Material termoplástico también, por lo que las juntas soldadas con aire caliente a temperaturas entre 300ºC y 450ºC forman una cohesión homogénea y segura al fusionar la lámina superior con la inferior.

También se puede fabricar en rollos de grandes dimensiones y dispone de accesorios prefabricados.

Es el producto más demandado en Estados Unidos en cubiertas industriales debido a su excelente relación calidad/precio.

Como ventajas adicionales podemos destacar: su alta capacidad de reflectancia solar, la posibilidad de realizar soldaduras controladas mediante máquinas automáticas, y su disponibilidad en grandes formatos para minimizar las soldaduras en obra en el caso de grandes superficies.

EPDM (caucho de polietileno propileno dieno monómero)

Su aplicación es en frio y su material de caucho resulta muy resistente a agentes atmosféricos, ácidos y álcalis, y a los rayos UV, por lo que no necesitan ningún tipo de protección adicional. Requiere de una aplicación técnica específica, vulcanización, pero se puede suministrar en mantas de grandes dimensiones para facilitar su instalación.

Aplicado en sistema monocapa, flotante o fijado mecánicamente, tiene una elongación de hasta el 300%.

Este tipo de membrana permite un diseño ad-hoc en taller y su puesta en obra se realiza sin necesidad de aplicación de llama o calor.

EVA-EBA (etileno-acetato de vinilo y butilacrilato de etileno)

Las ventajas de la membrana EVA-EBA son las de una membrana sintética monocapa, con algunas características específicas liadas al producto. Con su durabilidad y una alta resistencia química el producto es una solución ideal tanto para construcciones nuevas como para rehabilitación, en cuanto a calidad y a durabilidad.

Entre sus ventajas, resistencia al asfalto, instalación simple y rápida, soldadura por aire caliente, soldaduras homogéneas, permeabilidad al vapor de agua, excelente resistencia química, resistente al granizo, resistente a la perforación de raíces.

Material termoplástico que se aplica con máquina de aire caliente a temperaturas comprendidas entre 450oC y 570oC; al calentarse, se funde uniendo la membrana o creando la morfología que se adapte bien al soporte y puntos singulares.

Adicionalmente aportan alta capacidad de reflectancia solar, flexibilidad siendo aptas para la realización de soldaduras controladas mediante máquinas automáticas.

SISTEMAS DE IMPERMEABILIZACIÓN LIQUIDA

Se trata de membranas monocomponente o bicomponente 100% adheridas al soporte. Conformadas in situ, en general de alta flexibilidad y capacidad de puenteo de fisura. Se pueden aplicar in-situ de forma rápida y sencilla con brocha, rodillo, llana o por proyección, formando una capa impermeabilizante de gran calidad. Estos revestimientos son altamente elásticos y, en función de sus componentes polimerizan en mayor o menor velocidad.

Sin solapes ni soldaduras, con importantes resistencias químicas y al tráfico peatonal y pesado, están especialmente indicados en cubiertas de geometrías complejas.

Los más habituales serían los de poliuretano, los de poliurea, los cementosos y en dispersión acuosa.

ELECCIÓN DEL SISTEMA DE IMPERMEABILIZACIÓN MÁS ADECUADO

¿Cómo elegir el mejor sistema de impermeabilización para un proyecto?

Impermeable, es decir, que no es permeable. No deja pasar. En edificación, cuando hablamos de impermeabilización hacemos referencia a la instalación de aquellas soluciones que evitan que elementos del exterior –fundamentalmente el agua– accedan al interior del edificio ocasionando problemas y patologías que pueden poner en jaque la salud, el confort y el bienestar de sus habitantes.

Los fallos en la impermeabilización pueden, además, comprometer otros elementos del edificio u ocasionar problemas de difícil solución. Por lo tanto, elegir el sistema de impermeabilización más adecuado a las necesidades de cada inmueble no es un asunto menor. ¿Cómo hacerlo bien?

Desde el punto de vista técnico, a la hora de elegir una correcta impermeabilización debo de tener en cuenta varios criterios.

1) ¿Cuál es elemento constructivo a impermeabilizar? Evidentemente, las soluciones constructivas más adecuadas dependerán en gran medida del elemento a tratar: cubiertas planas o inclinadas, fachadas, suelos o estructuras enterradas.

2) ¿Cuál es su naturaleza? En función de la superficie a tratar se hacen más adecuados unos sistemas frente a otros. Por ejemplo, las soluciones empleadas para la impermeabilización de una piscina no serán aptas para lograr el mismo resultado sobre una terraza o una cubierta.

3) ¿Qué uso se va a hacer de la superficie sobre la que se tiene que impermeabilizar? Hay superficies sometidas a un uso intenso, como la superficie de un garaje, que requerirán un producto diferente del empleado para una cubierta ajardinada. Hay que valorar elementos como la compresión, el desgaste, la exposición a los elementos, etc.

4)¿ Cuál es su impacto medioambiental? El sector de la construcción demanda soluciones no solo eficaces, sino sostenibles y compatibles con criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. Uno de los documentos que más y mejor nos ayudará a conocer el comportamiento ambiental de un producto a lo largo de su vida útil es la Declaración Ambiental de Producto (DAP).

Junto a estos criterios, debemos de tener en cuenta la legislación vigente. De esta manera, todos los productos deben de tener su correspondiente marcado CE para el uso previsto (no se podrán utilizar productos con marcado CE si su uso previsto no es la impermeabilización).

Si no existe un marcado CE disponible para ese uso previsto en impermeabilización, entonces deberá tener una evaluación técnica favorable de su idoneidad, por entidades autorizadas como el Instituto Eduardo Torroja (IETcc), Tecnalia o el Instituto de la Construcción de Cataluña (ITeC). Entre las evaluaciones más comunes encontramos ETEs, DITs, DITs PLUS o DAUs. Estos requisitos son de obligado cumplimiento conforme al Código Técnico de la Edificación (CTE).

Y como siempre decimos, en caso de duda, el mejor asesor es el fabricante, que te podrá informar sobre las ventajas e inconvenientes de cada sistema, conforme al uso previsto, para elegir el más adecuado.