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La impermeabilización, clave para el impulso de las cubiertas ajardinadas y descontaminantes

Cubierta Ajardinada

El Plan Integrado de Energía y Clima se ha convertido en la hoja de ruta de la política energética de España en los próximos 10 años. Contiene las principales líneas de actuación necesarias para cumplir los objetivos de reducción de emisiones y eficiencia energética previstos en la Agenda 2030, en donde el sector de la construcción ocupa un lugar relevante.

En este sentido, todos los instrumentos, tanto normativos como programas de ayudas, están enfocados a poner en práctica las medidas que plantea este Plan. Entre ellos, la revisión del Código Técnico de la Edificación que impulsa el campo de la sostenibilidad en el sector o el programa PREE de ayudas para la rehabilitación energética de edificios.

En Europa, dicen los expertos, solo actuando sobre el parque edificado con criterios de eficiencia energética se podrían reducir las emisiones de C02 un 40% aproximadamente. De ahí la importancia de fomentar la construcción sostenible desde todos los ángulos posibles; desde la fabricación, diseño, promoción, comercialización y distribución de, entre otros materiales, los productos de impermeabilización.

La innovación en soluciones y productos

En el entorno de la construcción y rehabilitación sostenibles, las empresas asociadas a AIFIM (Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización) están innovando en soluciones para la impermeabilización de cubiertas, principalmente ajardinadas y descontaminantes o fotocatalíticas.

En climas cálidos como el de España, la cubierta es la superficie más amplia expuesta al sol de todo el edificio, por lo que su potencial de optimización de recursos energéticos es importante. De ahí el mayor empleo de cubiertas eficientes como el cool roof, el cool colour roof, la cubierta ajardinada y la fotocatalítica.

Por ejemplo, la compañía Chova ha apostado por el desarrollo de membranas bituminosas y sintéticas resistencias a la penetración de raíces (según EN 13948) para cubiertas ajardinadas, así como por soluciones con acabado en gránulos minerales fotocatalíticos de color blanco, tratados con dióxido de titanio, para cubiertas descontaminantes con actividad fotocatalítica certificada.

También Danosa, especializada en la producción de láminas asfálticas impermeabilizantes, ofrece en el plano de la sostenibilidad soluciones innovadoras para cubiertas reflectantes, vegetales y descontaminantes. Para las primeras, la firma destaca aquellas realizadas con láminas sintéticas que reflejan la radiación solar y minimizan el calentamiento de la envolvente térmica del edificio, a través de sistemas Cool Roofing. En cubiertas ajardinadas y vegetales desarrolla, en cambio, productos que minimizan el efecto isla de calor urbana y, por lo tanto, contribuyen a reducir la demanda energética de los edificios y dotar a las ciudades de entornos naturales. No menos innovadoras son, por otro lado, sus cubiertas realizadas con sistemas de impermeabilización descontaminantes que depuran las partículas de óxidos de nitrógeno atmosféricos provenientes de los gases de los motores de combustión en las ciudades, como por ejemplo el NOX.

Precisamente, el sistema NOX de Danosa es una de las soluciones diseñadas para reducir la contaminación del aire, con el objetivo de que las cubiertas planas se transformen en elementos descontaminantes que contribuyan a la reducción de los óxidos de nitrógeno contaminantes del aire.  Esto se consigue gracias a la lámina impermeabilizante y la losa filtrante descontaminantes.

Renolit Alkorplan tampoco se ha descolgado de la locomotora de la innovación y ha lanzado un producto totalmente revolucionario: Renolit Alkorsmart, una cubierta cool color (SRI = 82,5 en la versión cool grey), que funciona como un cool roof, bajando las temperaturas de la cubierta y del interior, pero con una coloración parecida a una cubierta tradicional. “Se trata de un producto extremamente eficiente, porque a pesar del espesor limitado, garantiza una vida más larga que los productos estándar (hasta un 40% más de eficiencia), además de ser fácil de manejar y trabajar por parte del instalador”, afirman desde la compañía.

Asimismo, la empresa Soprema, también integrada en AIFIm, ha incorporado en sistemas ajardinados la posibilidad de suministrar el acabado vegetal (tipo sedu Sopranature) que permite industrializar el proceso y dar un servicio completo al dueño de la obra o prescriptor. Además, “el TPO como membrana sintética, al no perder plastificantes durante su ciclo de vida, está teniendo muy buena entrada como reflexión solar en la rehabilitación y obra nueva de cubiertas expuestas industriales”, destaca la empresa en relación a las cubiertas en las que se favorece el uso de placas fotovoltaicas o solares. A efectos de impermeabilización descontaminante, también han añadido el acabado mineral D-Tox (con dióxido de titanio) a su gama de láminas asfálticas minerales.

El departamento de I+D de BMI trabaja desde hace años bajo la premisa de crear soluciones para cubierta que mejoren la eficiencia energética de los edificios en los que se instalan, por ejemplo, transformando materiales, aparentemente tradicionales en sistemas que tienen un efecto directo sobre el medioambiente. Es el caso de su sistema Nox-Activ®, basado en la tecnología fotocatalítica. “Este sistema provoca una descomposición de los óxidos contaminantes (NOx) en subproductos gracias a la acción de los rayos UV (fotocatálisis), que posteriormente se evacuan por aguas pluviales.  Este efecto descontaminante, además, es permanente a lo largo de toda la vida útil del producto”, explican desde BMI.

En cuanto a las cubiertas vegetales, BMI ha desarrollado sistemas innovadores, como Nidaroof, que permite acumular el agua sobrante y darle otros usos, como el riego de la cubierta ajardinada, mejorando la gestión de los consumos del inmueble.

En Mapei, otra de las compañías referentes en el sector de la impermeabilización, las principales soluciones van orientadas a las cubiertas ajardinadas gracias a sus sistemas adheridos de poliureas y poliuretanos con certificados antirraíces, además de aquellos basados en láminas sintéticas, fundamentalmente de TPO.

También en Sika las principales soluciones de impermeabilización se basan en productos sostenibles, a base de FPO Sarnafil y poliuretanos de bajo contenido en VOC Sikalastic, sin emisiones, los llamados Low Odor.  Estos productos destacan por su gran durabilidad, teniendo una vida útil de más de 30 años y en el caso del FPO es un material reciclable al 100%. 

Además, Sika introduce un servicio innovador: calcula el impacto en huella de carbono de estos sistemas de impermeabilización ofreciendo a sus clientes la emisión por m2 de CO2 que va a emitir en la cubierta concreta a impermeabilizar.

Las cubiertas ajardinadas ganan terreno 

Pese al impulso de la sostenibilidad, que ha llevado, según datos de Sika, a aumentar un 2% la presencia de cubiertas ajardinadas en el último año en nuestro país, en la actualidad la mayoría de ellas se encuentran en cubiertas en planta baja, de zonas comunes, sobre forjado de sótano o garaje.

Aunque ha sido progresiva su implantación desde los años 90 en cubiertas de edificios singulares de oficinas (sedes de bancos, por ejemplo) o edificios públicos, que ahora incluso cuentan con las certificaciones medioambientales LEED, BREEAM o VERDE, los jardines todavía no han conquistado los cielos de las ciudades españolas, como sí ocurre en otros países de Centroeuropa.

“Por su efecto regulador de escorrentía y sumidero de carbono, debería legislarse sobre un porcentaje de cubierta ajardinada, referido a la edificación total de los edificios”, piensan en Chova. Sin duda alguna, añaden en Danosa, se trata de una de las estrategias sostenibles para incorporar naturaleza en entornos urbanos y contribuir a disminuir el aumento de las temperaturas y combatir el famoso efecto de isla de calor urbana.

La falta de regulación no ha mermado, en cambio, el interés por la cubierta vegetal, que es cada vez mayor, por tratarse de una solución ya muy aceptada y recomendada por los arquitectos. No obstante, todavía encuentra “peros” entre la población por su instalación y mantenimiento, que hacen que aún no exista un mercado de más de 100.000 m2, calculan desde Soprema.

Este tipo de cubierta exige de sistemas de impermeabilización robustos y seguros, cuyo coste es superior a otros ya establecidos. Sin embargo, piensan en Mapei, el aprovechamiento de las cubiertas y terrazas como espacios ajardinados debe ser una prioridad, tanto por las ventajas que aporta desde el punto de vista de la sostenibilidad como por el confort que aportan a nivel de aislamiento térmico y acústico. “Dadas las ventajas que aportan a la sociedad deberían incentivarse desde las administraciones este tipo de soluciones”, añaden.

De la misma opinión son los expertos de BMI, para quienes cualquier incentivo por parte de las administraciones, será bienvenido, tal como ocurre con los planes renove para la instalación de aislamiento o cambio de ventanas.

Las cubiertas descontaminantes, el último grito

Las cubiertas descontaminantes, en cambio, se han convertido en el último grito del sector de la impermeabilización, apuntan en AIFIm. No es para menos: contribuyen a descontaminar el ambiente gracias a una constante desintegración de los óxidos contaminantes (Nox) en nitratos, que se evacúan por aguas pluviales.

Sin embargo, la presencia de este tipo de soluciones, basadas en una reacción química, es aún muy reducida. Se están introduciendo en el mercado de forma paulatina, y básicamente se emplean en edificios muy expuestos a la contaminación urbana, dicen en Mapei.

Este tipo de cubiertas están recomendadas para instalarse a la intemperie, en obra nueva o rehabilitación, en cubiertas no transitables de protección ligera, tanto en membrana monocapa como bicapa, según Chova.

En este sentido, podemos encontrar este tipo de impermeabilizaciones descontaminantes en cubiertas planas ligeras (tipo deck) ya sea en rehabilitación o en obra nueva. También se dan en cubiertas planas pesadas cuando el pavimento final es un hormigón con un tratamiento especial para la descontaminación.

No obstante, como comentan en Soprema, el poder descontaminante es claramente menor que cualquier superficie verde, por lo que es básico que abarque grandes superficies, por ejemplo, de edificios industriales. “Es cierto que tiene más fiabilidad en superficies horizontales que verticales, pero curiosamente, existen más productos, sobre todo cerámicos, para fachadas que para cubiertas”, dicen.

En cualquier caso, los socios que forman parte de AIFIm están constantemente implementado estrategias y políticas que se fundamenten en los principios básicos que plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ejemplo, como hemos visto, mediante el desarrollo de soluciones para la impermeabilización de cubiertas ajardinadas o cubiertas fotocatalíticas se promueven los ODS 11, “Ciudades y Comunidades Sostenibles” y 12, “Producción y Consumo Responsables”.

También con la fabricación e instalación de sistemas de impermeabilización de alta reflectancia, usados en cubiertas Cool Roof se da cumplimento al ODS 13 “Acción por el clima”, por la acción de las cubiertas frías que ayudan a mitigar el efecto “isla de calor” en las grandes capitales, ayudando a reducir el consumo de energía primaria de los edificios residenciales, terciarios o de oficinas.

Con todo, teniendo en cuenta que las azoteas o cubiertas representan el 22% de la superficie de una ciudad y que, muchas de ellas son ineficientes y dejan escapar hasta el 30% de la energía de los edificios la labor de AIFIm (Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización) tiene todavía un largo recorrido.

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