Cómo elegir el sistema de impermeabilización correcto para alargar la vida útil del edificio

Ahora que el verano llega a su fin es fundamental prestar atención a la cubierta de nuestros edificios, reparando aquellos posibles daños que puedan detectarse con el objetivo de evitar problemas mayores y de difícil solución, al llegar la temporada de lluvias.
Cuando mejoramos la impermeabilización no solo estamos invirtiendo en una mejora del confort, la habitabilidad y la eficiencia energética del inmueble, también estamos contribuyendo a alargar su vida útil, ya que la acción del agua y otros elementos puede ocasionar patologías que lleguen a afectar la estructura. Por este motivo, desde AIFIm consideramos que el gasto en impermeabilización es, en definitiva, una inversión. Y los datos así lo demuestran.
Según recoge la asociación ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), los daños por agua representaron un 38,2% del total de partes registrados a lo largo de 2024. Además, el 9,3% del coste total de los siniestros registrados fueron generados por los problemas causados por las fuertes lluvias, el viento o el granizo.
Frente a estas cifras, cabe destacar que el gasto en impermeabilización en una obra a menudo representa solo el 1% del coste total.
Elige el mejor sistema de impermeabilización
Para llevar a cabo un trabajo de calidad y con todas las garantías, hay que elegir siempre el producto que mejor se adecúe a las necesidades del inmueble. ¿Cómo hacerlo bien?
1. Valora las soluciones, según su composición, aplicación y ventajas.
En el mercado existen un gran número de soluciones para la construcción o la reparación de la cubierta de un inmueble. Nosotros las vamos a agrupar en dos grandes familias:
- Membranas prefabricadas o preconformadas: En este grupo encontramos láminas asfálticas o bituminosas, sintéticas de PVC-P, TPO, EVA-EBA y EPDM. Sus ventajas principales son su espesor, su calidad constante y los buenos rendimientos de instalación, que permiten una puesta en servicio inmediata.
- Membranas líquidas: En esta categoría se incluyen los poliuretanos, poliureas, membranas acrílicas, cementosas, epoxi, etc. Se aplican de forma similar a una pintura y, una vez secas, crean una membrana elástica con alta capacidad impermeabilizante. Su principal ventaja es que permiten resolver de forma más sencilla los puntos singulares y las geometrías complejas, ya que se adhieren totalmente al soporte.
2. Aplica los criterios técnicos adecuados
A la hora de elegir el sistema, debemos plantearnos las siguientes cuestiones:
- ¿Qué tipo de elemento se va a impermeabilizar? No es lo mismo trabajar sobre una cubierta plana o una inclinada. También varían las soluciones dependiendo de si el elemento es una fachada, una terraza, una solera…
- ¿En qué estado se encuentra? En el caso de ser una rehabilitación, también tendremos que evaluar el estado del soporte, analizando y valorando las patologías existentes.
- ¿Qué uso se va a hacer de la superficie? Las hay sometidas a un uso intenso, como un garaje, que requieren un producto diferente al de una cubierta ajardinada. Es importante tener en cuenta factores como la compresión, el desgaste y la exposición a los elementos, si se va a situar maquinaria sobre la impermeabilización, etc.
- ¿Cuál es su impacto medioambiental? La demanda de soluciones sostenibles se ha incrementado, y el sector requiere de soluciones capaces de dar respuesta a los retos y objetivos fijados desde Europa. Documentos como la Declaración Ambiental de Producto (DAP) nos ayudan a conocer el comportamiento ambiental de un producto a lo largo de su vida útil, contribuyendo a un mejor mantenimiento y a una reducción del impacto ambiental de todo el inmueble.
3. Ten presente la normativa vigente.
Junto a estos criterios, debemos tener en cuenta la legislación vigente. Todos los productos deben contar con su correspondiente marcado CE. Si no existe, la solución debe tener una evaluación técnica favorable de su idoneidad, emitida por entidades autorizadas como el Instituto Eduardo Torroja (IETcc) o Tecnalia. Estos requisitos son de obligado cumplimiento conforme al Código Técnico de la Edificación (CTE).
Desde AIFIm también queremos recordar que, en caso de duda, el mejor asesor es siempre el fabricante, que podrá informar sobre las ventajas e inconvenientes de cada sistema para elegir el más adecuado.
Te invitamos a visitar nuestra web conocer más sobre los sistemas de impermeabilización y cómo pueden contribuir a alargar la vida útil de cualquier proyecto constructivo.