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Cómo reparar con éxito la impermeabilización de la cubierta en cuatro pasos

El verano y el buen tiempo motivan para terminar aquellas acciones que, con buenas intenciones, intentamos iniciar meses atrás. Sobre todo, aquellas reparaciones que dejamos pendientes en los duros meses de invierno, como es la impermeabilización de la cubierta.

Prevenir la aparición de goteras y, en consecuencia, las humedades, es siempre una buena forma de garantizar el correcto funcionamiento de la cubierta, además de asegurar el confort de los usuarios y la habitabilidad de la vivienda.

Pero para hacerlo de manera efectiva debemos revisar y reparar el sistema de impermeabilización, prestando especial atención a cuatro factores: los puntos singulares, la pendiente, los sistemas de desagüe y el mantenimiento preventivo.

1) Puntos singulares

Son los elementos verticales, pasos de conducción, salientes o chimeneas que, por considerarse puntos críticos, no debemos de olvidar.

Para empezar, debemos revisar el estado del soporte donde vamos a aplicar nuestro sistema de impermeabilización. Éste debe presentar un estado limpio, seco, consistente y continuo. También debemos suavizar los cambios de plano, especialmente en la parte trasera del elemento. Normalmente, es un punto donde se acumula agua y, por ello un posible problema.

2) Pendiente

Otro factor importante que tenemos que tener en cuenta es la configuración de la cubierta con su debida pendiente, para favorecer la escorrentía del agua. El objetivo es evitar que esta pudiese entrar bajo la protección al no contar con una pendiente suficiente que ayude a su evacuación (haciendo que se acumule).

En los casos de cubiertas con teja cerámica o de hormigón es importantísimo considerar la exposición y localización del edificio para analizar la pendiente adecuada en función del perfil de teja deseado.

3) Sistemas de desagüe

La evacuación de aguas pluviales es fundamental, por eso su diseño debe estar adecuado a la función de nuestro tejado o cubierta. Es decir, debemos diseñar canalones y bajantes capaces de evacuar sin entrar en colapso en caso de lluvias torrenciales.

4) Mantenimiento de la cubierta

Por último y no menos importante, hay que tener muy presente el mantenimiento de la cubierta, ya que sin él podríamos tener problemas de atoramiento en bajantes por acumulación de suciedad, filtraciones puntuales por posibles roturas de la protección, filtraciones por puntos singulares en los casos donde la impermeabilización no se haya aplicado debidamente.

El mantenimiento preventivo ayuda a corregir a tiempo estos puntos y evita que las filtraciones discurran por toda la cubierta.