¿Como valorar la calidad de una lámina impermeabilizante?
La impermeabilización es uno de los elementos más importantes, y también menos visibles, de una cubierta. Su función: evitar que el agua entre al edificio.
Sus propiedades técnicas determinarán el rendimiento real del sistema en la protección del edificio: flexibilidad en frío, resistencia al estiramiento, comportamiento frente al fuego y, sobre todo, la calidad de su instalación.
Por ejemplo, la flexibilidad en frío define si la membrana puede mantenerse elástica y maleable cuando las temperaturas bajan. Al igual que existen materiales que al enfriarse se vuelven frágiles hasta el punto de partirse con facilidad, lo mismo puede ocurrir en una cubierta sometida a inviernos duros o grandes variaciones térmicas.
Cuando una membrana conserva su flexibilidad, puede adaptarse a los movimientos naturales del edificio sin agrietarse. Esto significa menos riesgo de fisuras y más años de vida útil.
También el alargamiento a rotura mide cuánto puede estirarse una membrana antes de romperse. Hay que tener en cuenta que los edificios siempre están en movimiento: vibran por el viento, se expanden con el sol, se contraen por la noche e incluso pueden sufrir asentamientos con el paso de los años.
Una membrana con un buen alargamiento a rotura actúa como una goma flexible que absorbe esos movimientos sin perder su función impermeable. Gracias a esta propiedad, la cubierta puede adaptarse a imprevistos sin fisuras ni filtraciones.
Asimismo, la reacción al fuego evalúa de qué manera contribuye un material a un incendio ya iniciado. No se trata solo de si se quema, sino de cómo lo hace: ¿ayuda a propagar las llamas?, ¿produce humo denso?
¿Qué función cumple un solape?
Los solapes son las uniones entre una lámina de membrana y otra, y aunque ocupan una mínima parte de la superficie, son decisivos. Un solape mal soldado o adherido puede dejar un camino abierto para la entrada de agua.
Aspectos clave en los solapes es tener un ancho adecuado, llevar a cabo una limpieza previa de la superficie y tener una buena unión. Así, mientras que, en membranas termoplásticas, la soldadura por aire caliente necesita la temperatura y presión correctas; en membranas adheridas, el adhesivo debe aplicarse y curar según las indicaciones del fabricante.
Con todo, una membrana puede fallar si no se instala correctamente. La calidad final no depende solo del material, sino de la mano de obra cualificada que lo coloca. Para una membrana cumpla su función, la instalación debe tener una superficie adecuada, una fijación correcta, unas condiciones ambientales idóneas y una cualificación contrastada del instalador.