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Cubierta invertida y lastrada: protección y eficiencia duradera

Las cubiertas lastradas son una solución constructiva popular. En caso de ser invertidas, a diferencia de las cubiertas tradicionales, el sistema de impermeabilización se coloca por debajo del aislamiento térmico y el lastre (grava, losas e incluso sustrato vegetal en el caso de cubiertas ajardinadas). De esta manera, se protege la membrana impermeabilizante de los elementos externos, como la radiación UV, las fluctuaciones extremas de temperatura y los daños mecánicos, logrando alargar la vida útil de la solución y, por lo tanto, la estabilidad de toda la cubierta.

Entre las ventajas de este tipo de cubiertas hay que destacar que es un sistema de impermeabilización sencillo de instalar, económico y muy resistente.

Pero, ¿cómo se logra la estanqueidad en este tipo de cubiertas? Estas son las fases para llevar a cabo una correcta impermeabilización:

  • Prepara el soporte
  • Presta atención a los puntos singulares
  •  Instala la membrana de impermeabilización
  •  Sitúa la capa separadora y aislamiento térmico
  •  Coloca el lastre

1. Prepara el soporte

Antes de realizar la impermeabilización de la cubierta es fundamental preparar el soporte; de esta manera, garantizaremos un resultado duradero. La superficie debe estar limpia y libre de polvo, grasas, aceites o cualquier material suelto que pueda comprometer la instalación de la impermeabilización. Además, se debe nivelar el soporte y reparar todos los desniveles para crear una superficie lisa y uniforme.

También se debe asegurar la existencia de una pendiente adecuada que permita la evacuación (drenaje) del agua. Por último, este sería el momento de aplicar la imprimación en caso de que fuese necesario (esto dependerá del sustrato y del tipo de membrana).

2. Presta atención a los puntos singulares

Los puntos singulares son elementos que pueden presentar problemas de filtración de agua si no se tratan adecuadamente. Es importante reforzar y sellar todos los elementos que se encuentran o atraviesan la cubierta: desagües, encuentros con petos (los muros perimetrales), tuberías, claraboyas, respiraderos, juntas de dilatación y cualquier otro elemento emergente. Para ello emplearemos productos de refuerzo específicos como masillas, bandas elásticas y soluciones para el sellado.

3. Instala la membrana de impermeabilización

Una vez que la superficie está lista y revisados los puntos singulares, es el momento de aplicar el sistema de impermeabilización elegido para la construcción de la cubierta lastrada. En el mercado encontramos diferentes soluciones con las que lograr un resultado óptimo siendo las más habituales las láminas prefabricadas (bituminosas o asfálticas y sintéticas) y la impermeabilización líquida.

Las láminas impermeabilizantes se extienden sobre el soporte solapándose entre sí. Las uniones y solapes se sellan de forma segura, creando una superficie continua y sin puntos débiles, y la lámina queda adherida al soporte ya sea mediante adhesivos o simplemente manteniendo su posición con el propio peso del lastre.

Las membranas líquidas se aplican en frío o en caliente, formando una impermeabilización continua y sin juntas, directamente sobre el soporte. Se aplican una o varias capas de producto.

Algunas de estas soluciones pueden requerir la aplicación de mallas entre las capas, sobre todo en zonas con riesgo de movimiento o fisuración.

4. Sitúa la capa separadora y el aislamiento térmico

Generalmente se instala una capa de geotextil u otro material similar cuya función es proteger a la membrana de posibles daños que puedan producirse. Sobre esta capa separadora se coloca el aislamiento térmico, que en el caso de las cubiertas lastradas debe presentar una excelente resistencia a la compresión, a la humedad y a los elementos externos.

De esta manera, se logra incrementar la eficiencia energética de la cubierta y se garantiza un excelente funcionamiento de la impermeabilización, alargando su vida útil.

5. Coloca el lastre

La instalación de la cubierta finaliza colocando la capa de lastre, que no solo protegerá el conjunto en general, también le dará el «toque» estético final. Las opciones más comunes suelen ser la grava, las losas filtrantes, pavimento o el acabado vegetal.

Desde AIFIm recomendamos que la instalación (ya sea para obra nueva o para rehabilitación) se haga siempre con materiales de fabricantes reconocidos que puedan garantizar el sistema, y siempre contando con un instalador cualificado.


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