El sol, la energía que se engancha a la cubierta
Las cubiertas solares o provistas de instalaciones fotovoltaicas se han convertido en un revulsivo para el ahorro energético, fundamentalmente para los edificios del sector terciario u oficinas. En el residencial todavía es testimonial.
Con la reciente abolición del impuesto al sol y el desarrollo de soluciones que permiten, no solo ahorrar dinero en la factura de la luz, sino también generar ingresos al vender el exceso de energía generada a la red eléctrica, el crecimiento del sector fotovoltaico será exponencial en los próximos años. También en el residencial.
El Código Técnico de la Edificación establece, además, la necesidad de conseguir un uso racional de la energía necesaria para la utilización de los edificios, reduciendo a límites sostenibles su consumo y consiguiendo que una parte de este consumo proceda de fuentes de energía renovables.
En la actualidad existen distintos tipos de sistemas fotovoltaicos:
- Los sistemas integrados, que sustituyen a las tejas tradicionales por tejas o paneles, minimizando el impacto estético en la cubierta.
- Los sistemas agregados, que se colocan sobre la cubierta existente de forma rápida y segura, pero cuyo impacto estético es mayor.
La correcta colocación de estos sistemas es además esencial para garantizar una instalación segura y duradera.
Algunas de las ventajas de la instalación de las placas solares en las cubiertas
frente a su colocación a nivel de suelo es que, por su inclinación, facilita la captación de rayos solares evitando las sombras que generan edificios colindantes, árboles… De ahí que las cubiertas inclinadas sean las mejores superficies donde colocar las placas fotovoltaicas.
Hay que tener en cuenta que esta instalación se puede realizar perforando o no la impermeabilización. En cualquier caso, siempre habrá que asegurar el cumplimiento de los requisitos de impermeabilidad de la cubierta que se establece en el CTE.
En las ciudades, no obstante, quedan miles de metros cuadrados de cubiertas de escaso uso que se prestan perfectamente para instalaciones de paneles solares. Queda mucho camino por recorrer para que la energía del sol se enganche por fin a la cubierta.