Impermeabilización de zonas húmedas interiores con sistemas líquidos
Normalmente, asociamos la impermeabilización a las cubiertas de un edificio. Pero no es el único elemento que necesita de una actuación para evitar humedades, sino que hay otras zonas expuestas al agua de la lluvia y a una hipotética aparición de filtraciones que pueden suponer un daño en la estructura.
En cualquier edificio no podemos pasar por alto elementos que pueden originar humedades si no se les presta el debido mantenimiento, como son las terrazas (tanto de uso privativo como común, que hacen a su vez de cubierta del inmueble), los balcones, los alféizares, las fachadas expuestas a las inclemencias, etc. Pero también pueden aparecen filtraciones en baños y cocinas.
Las nuevas exigencias de calidad en la construcción hacen que cada vez sea más frecuente (y muy recomendable) la impermeabilización de este tipo de zonas húmedas interiores en las viviendas, tanto en obra nueva como en rehabilitación.
Una de las actuaciones más comunes cuando se acomete una reforma interior es la renovación de los cuartos de baño, cambiando en la mayoría de los casos las antiguas bañeras por platos de ducha.
En este espacio, la zona expuesta al agua y, por tanto, las posibilidades de aparición de filtraciones son mayores que, por ejemplo, en la cocina, por lo que es fundamental realizar una impermeabilización de forma correcta.
Hay que tener en cuenta que las cerámicas o acabados utilizados en baños y cocinas no son impermeables y permiten el paso de filtraciones que pueden dañar estos espacios, y con ello afectar a la salubridad de sus ocupantes.
Tanto en baños como cocinas, los expertos recomiendan impermeabilizar todas las zonas susceptibles de estar en contacto con agua, como, por ejemplo, las paredes de la bañera o ducha, las paredes adyacentes al fregadero y a electrodomésticos que usan agua, como son los lavavajillas y las lavadoras, y el pavimento.
“Antes de realizar este tipo de reformas es imprescindible un buen estudio y ejecución de la impermeabilización, contando con los productos y soluciones adecuados para impedir la aparición y transmisión de humedades”, explican desde AIFIm. Entre las soluciones más idóneas existentes en el mercado, destacan las membranas de impermeabilización líquida, especialmente diseñadas y formuladas para este tipo de sistema.
Estas membranas son productos listos al uso, no necesitan una preparación previa, lo que facilita su aplicación, almacenamiento y transporte. Son soluciones sin componentes orgánicos volátiles, lo que las hace especialmente adecuadas para su uso en espacios cerrados, como puede ser un baño o una cocina. Deben responder a la norma EN 14891.
Para garantizar un correcto proceso de aplicación, es importante seguir estos pasos:
- Limpieza y preparación del soporte: como en todas las impermeabilizaciones adheridas, el soporte debe estar limpio, homogéneo y exento de cualquier elemento o sustancia que pueda comprometer la adherencia. Además de los soportes habituales, las membranas son aptas para su aplicación sobre paneles de cartón-yeso (en paramentos verticales).
- Colocación de elementos auxiliares: como en el sumidero y en las bandas perimetrales, en los encuentros de paramento horizontal y vertical como refuerzo.
- Aplicación de la membrana líquida de impermeabilización a rodillo, brocha o llana; normalmente con un par de manos cruzadas será suficiente (espesor aprox. 1mm.).
- Colocación del revestimiento con un adhesivo compatible.
Se trata de un sistema fácil y rápido de aplicar, sin pérdidas de material y sin necesidad de realizar una aplicación de calor ni adhesivos, ya que posee las ventajas de los sistemas adheridos.
“La impermeabilización es una solución técnica fundamental para prevenir problemas de filtraciones en zonas interiores de la vivienda, por lo que es importante consultar a un profesional cualificado para determinar sobre qué áreas se debe actuar, qué tipo de solución aplicar, y cómo llevar un mantenimiento posterior adecuado”, concluyen en AIFIm.