Impermeabilizar zonas húmedas: un pequeño detalle que lo cambia todo

¿Quién no ha vivido o escuchado alguna vez una historia de filtraciones en baños, cocinas o vestuarios? La impermeabilización de zonas húmedas interiores es uno de esos temas que no suele preocupar… hasta que aparece el primer problema. Humedades, moho, daños estructurales o incluso reparaciones costosas podrían haberse evitado con una solución bien planteada desde el principio.
Espacios como baños, cocinas, spas o zonas de lavado están constantemente expuestos al agua, al vapor y a la humedad ambiental. Por eso, una buena impermeabilización no solo es sinónimo de protección: también mejora el confort, alarga la vida útil de los materiales y reduce los costes de mantenimiento.
Hoy en día existen distintas tecnologías para impermeabilizar estos espacios. Cada una tiene sus ventajas, retos y aplicaciones ideales. Te las resumimos:
Membranas líquidas
Flexibles, versátiles y muy utilizadas. Se aplican directamente sobre la superficie, formando una capa continua sin juntas, perfecta para zonas con geometrías complejas. Las hay de poliuretano, epoxi, acrílicas o cementosas modificadas. ¿Un consejo? Opta por versiones base agua para interiores: reducen emisiones de COV (compuestos orgánicos volátiles) y son más respetuosas con la salud y el medio ambiente.
Morteros cementosos modificados
Son bicomponentes (cemento + polímero) que mejoran la flexibilidad y la impermeabilización. Son transpirables, se adhieren muy bien y funcionan especialmente bien con cerámicas. Se usan mucho en rehabilitación, aunque en zonas críticas necesitarán refuerzos. La buena noticia: suelen tener baja emisión de COVs.
Láminas autoadhesivas
Bituminosas o sintéticas, llevan adhesivo incorporado y permiten una instalación limpia y rápida. Son ideales para mantener espesores constantes, aunque no se adaptan tan bien a superficies irregulares.
¿Qué tener en cuenta?
La elección del sistema no va solo de evitar filtraciones. También hay que valorar la facilidad de aplicación, la durabilidad y, sobre todo, la seguridad y salud de las personas. Desde AIFIm recomendamos siempre preparar bien el soporte, aplicar con rigor y elegir sistemas con baja emisión de COVs. Notarás la diferencia.