La importancia del cumplimiento normativo en la elección de la impermeabilización más adecuada. Una lámina para cada uso
La calidad y seguridad en la construcción son aspectos fundamentales que no deben pasarse por alto. Por ello, junto a la industria, el transporte o la alimentación, la edificación es uno de los sectores más regulados y con unos requisitos normativos más exigentes.
No es una normativa caprichosa. De los edificios depende la salubridad, la seguridad y el bienestar de las personas que los habitan. Es fundamental recordar y respetar las normas y el marcado CE que desempeña un papel fundamental, ya que certifica que un producto cumple con los estándares de calidad y seguridad establecidos por la Unión Europea.
En el caso de los materiales de construcción, este marcado garantiza que estos materiales cumplen con requisitos esenciales en áreas como resistencia mecánica, estabilidad, seguridad en caso de incendio y protección del medio ambiente.
Porque un material puede ser perfectamente válido, pero utilizado para un uso o aplicación para la que no fue diseñado, no tendrá ninguna utilidad, ni aportará las ventajas y prestaciones para las que fue concebido.
Igual que en una fachada no se puede instalar, por ejemplo, un aislamiento diseñado para tabiques interiores, porque no cumpliría con los requisitos establecidos; tampoco se nos ocurriría colocar una solución para suelos en un techo o un material permeable en una zona húmeda.
También en el caso de la impermeabilización, es fundamental instalar el producto apropiado para cada uso y aplicación. ¿Puede, por ejemplo, una lámina concebida para la impermeabilización de una piscina ser instalada en una cubierta? La respuesta es no, por mucho que, a los que no son expertos, les pueda parecer que los dos materiales son parecidos y cumplen con el mismo propósito.
En algunos casos, que un material no se destine a su uso, tendrá como resultado una instalación ineficaz, pero en otros casos como el anterior, puede estar en juego la seguridad y la integridad de los edificios y las personas que viven o trabajan en ellos.
Porque siguiendo con este mismo ejemplo, uno de los aspectos más destacados de un material es su comportamiento frente al fuego, un elemento crítico en la seguridad de las edificaciones. Las láminas de piscinas, porque obviamente no la necesitan para su uso original, carecen de la resolución necesaria para abordar esta consideración y, por lo tanto, no deberían utilizarse en cubiertas.
Es crucial comprender que no todos los productos son iguales ni adecuados para todas las aplicaciones. Especial atención debe prestarse al marcado CE de las láminas sintéticas de PVC para cubiertas, que debe cumplir con la norma UNE-EN 13956:2013. Esta norma garantiza que los productos cumplen con los estándares europeos de calidad y seguridad. En este sentido, es imperativo que cualquier membrana utilizada en cubiertas tenga el marcado CE bajo esta norma para asegurar su idoneidad y conformidad con la normativa.
Existe una diferencia significativa entre las normas armonizadas y no armonizadas. Mientras que la citada UNE-EN 13956:2013 es armonizada y obligatoria, la UNE-EN 15836-2:2010, que rige las membranas reforzadas PVC-P de 1,5 mm para piscinas enterradas, es una norma no armonizada y no proporciona un marcado CE.
Como actores en la industria de la construcción, debemos ser conscientes de nuestras obligaciones y contribuir a la creación de entornos construidos seguros y conformes a las normativas vigentes con una selección cuidadosa de materiales que garanticen el cumplimiento normativo y el respeto a los estándares de seguridad.
Es responsabilidad de todos los agentes involucrados, conocer las normas armonizadas, el marcado CE y el Reglamento de Productos de Construcción que rigen en el sector de la edificación y, particularmente, en el subsector de la impermeabilización y respetar estas regulaciones.