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Cubiertas de Aljibe para aprovechar el agua de lluvia y mejorar la eficiencia de edificios y ciudades

Cubiertas Aljibe

Vivimos tiempos locos, en el sentido más meteorológico de la palabra. Los efectos del cambio climático son cada vez más notables, con registros récord de periodos de sequía, altas temperaturas o fenómenos extremos de diversa índole que perturban la vida diaria y que han obligado a tomar medidas para garantizar la sostenibilidad y frenar el calentamiento global.

En este 2022 en el que los embalses en España han llegado a estar de media por debajo del 45% de su capacidad, la sequía y el despilfarro de agua vuelven a estar en el foco de las preocupaciones de ciudadanos y gobiernos.

La sostenibilidad de los edificios, responsables de gran parte del consumo energético y de emisiones de CO2 en los países industrializados, es una prioridad para la UE. Bruselas reclama rehabilitaciones y nuevas construcciones de calidad en las que una correcta impermeabilización puede llegar a reducir las emisiones contaminantes y evitar patologías en los edificios.

photo (c) John Cairns

Pero también el agua – su consumo, su exceso o su escasez- es un elemento fundamental en el que los edificios pueden jugar un papel muy importante.

Las cubiertas aljibe, que en su día fueron diseñadas fundamentalmente para impedir la dispersión de grandes cantidades de agua en las ciudades e impedir inundaciones, vuelven a estar de plena actualidad por sus propiedades de almacenamiento de un bien tan preciado.

Los milenarios aljibes, palabra de origen árabe que significa “ foso” o “ pozo”, fueron concebidos inicialmente como cisternas de almacenamiento de agua de lluvia  para abastecer ciudades en territorios semiáridos como hizo el imperio Romano en la Península Ibérica, sin ir más lejos.

Las nuevas técnicas y materiales constructivos han permitido modernizar el concepto y trasladarlo a las cubiertas de las viviendas con soluciones respetuosas con el medioambiente y permitiendo al mismo tiempo ajardinar el tejado de los edificios aprovechando el agua de lluvia y descongestionando también los sistemas de evacuación hacia la red de saneamiento.

photo (c) John Cairns

Además de mejorar la eficiencia energética del edificio y contribuir al aislamiento, las cubiertas vegetales con aljibe reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera, y mitigan el efecto “isla de calor” en las ciudades.

Desde AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, recuerdan la importancia de estudiar las distintas posibilidades de uso y concepción de las cubiertas a la hora de reformar o construir una nueva vivienda. En base a este estudio debe elegirse la que tenga más prestaciones y ventajas medioambientales.

“La cubierta vegetal aljibe es una solución perfecta para gestionar y aprovechar las aguas pluviales. Además de reducir la temperatura del edificio mejorando la eficiencia energética, también contribuye decisivamente al aislamiento acústico con una solución duradera y sostenible conforme a las demandas de la sociedad”, afirma el presidente de AIFIm, Gonzalo Causin.

photo (c) John Cairns

Gran variedad de sistemas pero con la sostenibilidad en común

Diversos fabricantes, como los asociados de AIFIm (BMI, CHOVA, DANOSA, MAPEI, RENOLIT ALKORPLAN, SIKA y SOPREMA) ofrecen soluciones complementarias para la realización de estas cubiertas aljibe. Este tipo de estructuras requieren un espacio para el almacenamiento del agua entre el sustrato y una capa impermeabilizante sin desagües en el plano de cubierta, pero con paramentos verticales a la altura del nivel máximo de almacenamiento, como sistema para aliviar los excesos de agua.

Para su construcción, el sistema requiere una alta resistencia a la compresión, láminas o membranas impermeables de alta calidad y módulos de almacenamiento de agua.

photo (c) John Cairns

Es importante contar con materiales, tanto para las láminas impermeabilizantes como para los módulos de almacenamiento de agua y mitigación de flujos, que sean fiables, duraderos y resistentes.

El sistema global de cubierta aljibe combinada con ajardinada es altamente sostenible por su durabilidad (más de 40 años). De esta forma se evita la extracción de nuevas materias primas durante más tiempo. Pero además, las láminas que componen el sistema son completamente reciclables y contienen desde la primera fase de producción una gran cantidad de producto reciclado.

Su resistencia asegura también menores costes de mantenimiento y menos intervenciones de reparación, que, en el caso concreto de este tipo cubierta combinada, sería costoso, por la necesidad de intervenir en la vegetación superficial para acceder al aljibe.

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