Se entiende por Isla de Calor el fenómeno de elevación de la temperatura que se produce en las áreas urbanas respecto a las que se registran en las zonas rurales. Este fenómeno tiene consecuencias sobre las comunidades en términos de incremento del consumo eléctrico, aumento de los costes de acondicionamiento y de una mayor contaminación de las áreas urbanas.
Podemos mitigar el efecto Isla de Calor mediante dos tipos básicos de cubiertas. Las ajardinadas, tratadas aparte, y las de alta reflectividad, que utilizan productos caracterizados por un color blanco altamente reflectante que permite reducir la temperatura superficial en comparación con una cubierta análoga de color oscuro, llegando, en algunos casos, hasta un 50% de reducción.
Las normas vigentes en la materia son: CEN/TS 14416 y ASTM Standard E903, ASTM Standard C 1371 y ASTM Standard E 1980. Se miden aspectos como la reflectancia solar y la emitancia, pero es sin duda el SRI (Solar Reflectance Index) el más utilizado, ya que incorpora los dos anteriores y cuantifica la capacidad de la superficie construida de reflejar el calor solar.
Podemos disponer de cubiertas reflectivas a partir de diversos materiales. Láminas sintéticas en TPO/FPO, en PVC-P, en EVA-EBA. Láminas bituminosas en terminación mineral. Acabados poliuretánicos, acrílicos e híbridos, por poner algunos ejemplos.
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