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La importancia del soporte para garantizar el perfecto funcionamiento de la cubierta.

Cuando pensamos en una cubierta, quizás no somos muy conscientes del papel que juega en la protección y el bienestar de la vivienda. Sin embargo, es un elemento clave para lograr la mejor envolvente en el edificio, reducir su demanda de energía y garantizar el confort y la salud en el interior.

La impermeabilización jugará un papel fundamental para lograr estos objetivos, por eso es importante garantizar su correcta instalación. Un estudio previo de la cubierta nos ayudará a elegir la mejor solución teniendo en cuenta factores como el uso que va a tener o el estado de componentes, como el soporte sobre el que se aplicará la impermeabilización.

El soporte, un elemento clave.

Ya sea en obra nueva o en rehabilitación, antes de aplicar el sistema elegido para la impermeabilización de la cubierta, es necesario revisar y asegurar el correcto estado del soporte. Como nos recuerdan desde ANEDI, en su Guía de Impermeabilización, “la superficie, además de ser resistente al uso que se prevea, funcionará mejor estando lo suficientemente uniforme, lisa, sin fisuras; seca y limpia; evitando sobre todo manchas de grasas o aceites”.

Sin embargo:

  • Para obra nueva se hará un trabajo más continuo y dedicado a evitar la entrada de agua y la aparición de patologías.
  • Para la rehabilitación, es muy común encontrar soportes de los que se desconoce su estado y características, pudiendo presentar irregularidades y/o patologías, por lo que será necesario realizar un buen análisis de la superficie y contar con personal capacitado para diseñar la solución más adecuada. Asimismo, es recomendable ensayar catas que demuestren que el soporte es válido para la aplicación del sistema.

Impermeabilización en rehabilitación: pasos a seguir

Teniendo en cuenta que, en cualquier trabajo de rehabilitación, el soporte del sistema es preexistente y ha podido soportar cargas o sufrir daños desconocidos, las etapas de análisis y estudio previas a la ejecución de la cubierta son cruciales para poder escoger el mejor sistema de impermeabilización.

1) Comprobar el estado de cargas del edificio y hacer los cálculos necesarios para demostrar que tendrá la capacidad suficiente para sostener el diseño previsto.

2) Analizar si existen patologías, prestando especial atención a aquellas relacionadas con la entrada de agua (filtraciones, goteras…).

3) En el caso de encontrar problemas en el soporte, se deberán localizar y analizar, con el fin de establecer la mejor estrategia para su erradicación.

4) Además, habrá que analizar cuál/es de estas soluciones son compatibles con las capas preexistentes, que en el caso de una rehabilitación se mantendrán y conformarán la base de colocación de la impermeabilización y la protección superior a ella.

5) Una vez analizado el estado del soporte y diseñada la estrategia a seguir para la impermeabilización de la cubierta, se deberá proceder a la preparación y saneamiento de la superficie, incluso reforzándola si fuese necesario.

Para ello, es recomendable aplicar una capa de imprimación compatible con el soporte y sistema a toda la superficie (epoxy, poliurea, poliuretano o selladores). Además de tratar y sellar las pequeñas grietas y fisuras antes de colocar la impermeabilización, para que tenga una mejor adherencia.

El éxito de cualquier trabajo de instalación de la impermeabilización de una cubierta pasa por seguir las recomendaciones del fabricante del sistema, además de contar con profesionales cualificados para el trabajo.