OBRAS DE REFERENCIA

Residencial Alamar: una vivienda en la playa protegida frente a la humedad y el radón.

A la hora de diseñar un proyecto constructivo son muchos los factores que se han de tener en cuenta, entre ellos su ubicación. El lugar donde se construya el inmueble marcará de manera definitiva aspectos como su orientación, la distribución del espacio y, por supuesto, la elección de los materiales. Esta responderá a cuestiones que van más allá de la mera estética y que están relacionadas con la vida útil del edificio y su mantenimiento, su impacto ambiental, social y sobre la salud de sus ocupantes.

En Málaga, a escasos 300 metros del mar, se levanta el complejo de viviendas plurifamiliares “Alamar”. Integrado dentro de la urbanización “La Cizaña”, cuenta con piscinas, zonas comunes, aparcamientos y 123 viviendas ordenadas de tal manera que garantizan las vistas al mar de sus ocupantes. Metrovacesa fue la promotora responsable de su construcción, que encargó el proyecto al Estudio Seguí de Arquitectura y Planeamiento.

Su singular situación, a pocos metros de la playa, hizo que a la hora de ejecutar el trabajo se prestase especial atención a la impermeabilización, tanto de la cubierta como de los cimientos, que se encargó a la empresa instaladora Impermeabilizaciones Soanca. “No fue un trabajo complicado, pero sí que nos obligó a elegir un producto capaz de resistir bien la exposición a la humedad y al salitre de la playa”, explica Antonio Ruiz, responsable técnico comercial de la empresa.

Para la construcción de la cubierta invertida, y con el objetivo de mejorar el rendimiento energético del edificio, se instaló material aislante, en concreto se optó por poliestireno extruido (XPS).

“El XPS es una solución que mejora notablemente el confort térmico en el interior del inmueble, evitando las pérdidas de energía. Además, es resistente al agua y la humedad, a los ciclos de hielo y deshielo y a la compresión. Y contribuye a la mejora del impacto ambiental del edificio al ser reciclable y reciclado”, cuentan desde ChovA.

Para garantizar que este aislamiento cumpliese su función, manteniendo sus cualidades a lo largo de la vida útil del edificio, se colocó una impermeabilización bituminosa bicapa. Esta es una solución que no solo impide el paso del agua, sino también las filtraciones de aire, protegiendo la edificación de inclemencias meteorológicas y evitando desperfectos en las estructuras.

“Se trata de un producto fácilmente manejable y moldeable, que se adapta a la perfección a cualquier superficie. Además, sus propiedades se pueden garantizar hasta un cuarto de siglo, contribuyendo a preservar la salud y calidad de la edificación durante mucho tiempo”, afirman desde AIFIm, la Asociación de Fabricantes de Impermeabilización, que representa a los principales fabricantes del sector: ASSA, BMI, ChovA, Mapei, Danosa, Renolit poner su denominación correcta, SIKA y Soprema.

Especial protección frente al radón

Otro de los aspectos singulares de este inmueble es que se encuentra situado en Zona de Protección I frente al Radón. Esto llevó a prestar especial atención a la impermeabilización de la cimentación para evitar la propagación de este peligroso gas.

El radón es un gas incoloro, inodoro e insípido producido a partir de la desintegración del uranio presente en suelos y rocas, y que en ocasiones podemos encontrar en el interior de las viviendas en forma de partículas radiactivas.

En el exterior las concentraciones de este gas no son significativas para la salud, pero dentro de los edificios, sobre todo en plantas bajas y sótanos, los datos cambian y podemos estar hablando de cantidades que van desde <10 Bq/m3 hasta más de 10 000 Bq/m3 (el nivel de referencia está establecido en 300 Bq/m3 en España). Para reducir las concentraciones de gas en el interior del inmueble, cuando este está construido en las zonas 1 y 2 de protección frente al radón, se aconseja la instalación de una barrera de protección, explican desde AIFIm.

En el caso del proyecto Alamar, se llevaron a cabo dos actuaciones para reducir la exposición al radón:

1.- Protección frente al radón bajo losa de cimentación

Para lo cual se llevó a cabo una limpieza del hormigón (preparación del soporte) sobre el que se aplicó una imprimación bituminosa. Después, se llevó a cabo la instalación de la barrera de protección frente al radón con una membrana monocapa de impermeabilización flotante, y una geotextil no tejida de polipropileno de 125 g/m², “una lámina de impermeabilización y protección frente al gas radón, de betún modificado con elastómeros SBS, de 4 kg/m2, con armadura de poliéster reforzado, y acabado interior y exterior con film de polietileno termofusible”, detalla Chova.

Posteriormente se procedió a una nueva limpieza del hormigón y la instalación de la losa de cimentación.

2.-Protección frente al radón por la cara exterior del muro de hormigón

Tras preparar el soporte, se aplicó la imprimación y se procedió a la colocación de la barrera de protección con lámina de impermeabilización. Se finalizó la actuación con la instalación de una lámina drenante con geotextil. “Fue una actuación rápida y sencilla. Realmente, la única dificultad residía en el terreno que hubo que corregir en algunas zonas instalando pibotes. Pero la impermeabilización y la instalación de la barrera frente al radón se realizó sin problemas”, concluye Antonio Ruiz, de Impermeabilizacione Soanca.

La exposición al radón es uno de los temas que más preocupa en el sector de la construcción por sus consecuencias sobre la salud. La instalación de barreras frente a este gas es clave para lograr mitigar sus efectos, por este motivo, desde AIFIm se ha realizado un importante esfuerzo de comunicación para informar sobre este gas y los mecanismos para lograr su reducción. En la página web de la asociación hay disponible un site con documentación de interés para el sector, artículos y otros enlaces de interés.